Los alfajores son un clásico indiscutible de nuestra repostería, un bocado dulce que nos transporta a momentos de confort y alegría. Pero su versión tradicional, a menudo, viene cargada de azúcares y grasas refinadas que no siempre se alinean con un estilo de vida saludable. Por eso, te proponemos una alternativa deliciosa y beneficiosa: los alfajores integrales de avena caseros. Esta opción no solo conserva el sabor y la ternura que tanto amamos, sino que también aporta fibra, vitaminas y minerales, permitiéndonos disfrutar sin culpas.
Acá, te contamos todo lo que necesitás saber para preparar estos deliciosos alfajores, incluyendo:
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Los beneficios de optar por una versión integral y casera.
Una comparación nutricional clara entre los alfajores caseros y los comerciales.
Detalles sobre los tipos de avena y cómo usarlos en repostería.
Consejos y trucos esenciales para lograr alfajores perfectos.
Opciones para combinar harinas y obtener diferentes texturas.
Variantes creativas para personalizar tus alfajores, incluyendo opciones de rellenos y cómo adaptar endulzantes y líquidos.
Recomendaciones para el almacenamiento y la duración de tus alfajores.
Por Qué Elegir Alfajores Integrales de Avena Caseros
Optar por preparar tus propios alfajores con ingredientes integrales y avena trae consigo múltiples beneficios, tanto para tu paladar como para tu bienestar:
Alto Contenido de Fibra y Sus Efectos: La avena es una fuente excepcional de fibra, especialmente betaglucanos, un tipo de fibra soluble. Estos betaglucanos son cruciales no solo para una digestión saludable y para promover la regularidad intestinal, sino que también tienen un rol importante en la reducción de los niveles de colesterol LDL («malo») y en la estabilización de los niveles de azúcar en sangre. Además, al combinarse con la fibra de la harina integral, contribuyen a una sensación de saciedad más duradera, lo que puede ser útil para el control del peso.
Rica en Nutrientes Esenciales: A diferencia de las harinas refinadas, la harina integral conserva el germen y el salvado, que son ricos en vitaminas del grupo B (fundamentales para la energía), hierro (previene la anemia), magnesio (importante para huesos y músculos) y zinc. La avena, por su parte, complementa este perfil con minerales como el manganeso y el fósforo, y es una buena fuente de antioxidantes que ayudan a proteger las células del daño.
Control de Ingredientes: Al elaborarlos en casa, tenés el poder de elegir la calidad de cada componente. Podés optar por endulzantes naturales o reducir la cantidad de azúcar, usar grasas saludables y evitar aditivos, conservantes o colorantes artificiales presentes en los productos comerciales.
Menor Índice Glucémico: Gracias a la fibra y los carbohidratos complejos de la avena y la harina integral, estos alfajores tienen un índice glucémico más bajo en comparación con sus versiones tradicionales. Esto significa que la energía se libera de forma más gradual, evitando picos de glucosa en sangre y contribuyendo a mantener niveles de energía estables a lo largo del día.
Sabor y Textura Mejorados: Aunque son más saludables, estos alfajores no sacrifican el placer. La avena aporta una ternura y un ligero toque rústico muy particular que realza el sabor general, haciendo de cada bocado una experiencia deliciosa y satisfactoria.
Comparación Nutricional: Casero Integral vs. Comercial Tradicional
Es importante destacar las diferencias nutricionales entre un alfajor integral de avena casero y uno comercial tradicional para comprender el valor de tu elección:
Característica Nutricional
Alfajor Casero Integral de Avena
Alfajor Comercial Tradicional
Fibra
Mayor (por harina integral y avena, que aporta fibra soluble, como los betaglucanos, beneficiosos para la salud cardiovascular y el control del colesterol).
Menor (por harinas refinadas)
Grasas Trans/Saturadas
Menor/Nula (control de aceite)
Mayor (grasas hidrogenadas)
Azúcares Refinados
Menor (control de cantidad/tipo)
Mayor (azúcar blanca, jarabes)
Aditivos y Conservantes
Nulos
Presentes
Vitaminas y Minerales
Mayor (por el grano entero, incluyendo vitaminas del grupo B, hierro, magnesio, zinc y antioxidantes presentes en la avena).
Menor
Índice Glucémico
Más bajo
Más alto
Como ves, el alfajor casero integral de avena se posiciona como una alternativa superior desde el punto de vista nutricional, ofreciendo un perfil más completo y beneficios para la salud.
La Avena: Tipos, Diferencias y Usos en Repostería
La avena es el ingrediente estrella de estos alfajores, pero ¿conocés sus variedades y cómo influyen en la receta?
Avena Arrollada Tradicional: Son los granos de avena que fueron cocidos al vapor y luego prensados para aplanarlos. Requieren cocción para ablandarse. En repostería, si los usás tal cual, pueden dar una textura más rústica y masticable.
Avena Instantánea: Es avena arrollada que fue procesada aún más para cocinarse rápidamente. Sus copos son más finos y absorben líquidos con mayor facilidad. Para alfajores, es ideal si buscás una textura más suave y homogénea, ya que se integra mejor en la masa.
Avena Fina: Similar a la instantánea, pero con un molido más uniforme y fino. Es excelente para lograr una textura delicada en las masas sin necesidad de procesarla en casa. Se hidrata rápidamente y contribuye a una consistencia más suave en el producto final.
Harina de Avena: Se obtiene moliendo la avena arrollada hasta convertirla en polvo. Podés comprarla o hacerla en casa procesando la avena en licuadora o procesadora. Es la opción más versátil para incorporar avena en masas finas, aportando todos sus beneficios nutricionales sin alterar la textura. En esta receta, la combinación de harina integral y, posiblemente, harina de avena, avena fina o avena instantánea finamente procesada, es clave para lograr la consistencia deseada.
Tips y Consejos para Alfajores Perfectos
Aunque la receta es sencilla, algunos detalles marcan la diferencia:
No Amasar en Exceso: Las masas con harinas integrales y avena pueden volverse duras si se amasan demasiado, ya que desarrollan el gluten en exceso. Solo debés integrar los ingredientes hasta formar una masa homogénea.
El Reposo es Clave: Una vez lista la masa, refrigérala por al menos 30 minutos. Esto permite que la harina se hidrate, la avena absorba líquidos y la masa sea más fácil de estirar sin que se rompa. Podés incluso aplastarla ligeramente antes de refrigerar para acelerar el enfriado.
Enfriado de Tapas Crudas: Si tenés espacio, te recomiendo llevar las bandejas con las tapitas ya cortadas al freezer por unos 10−15 minutos antes de hornear. Esto ayuda a que mantengan mejor su forma y no se expandan demasiado durante la cocción.
Incorporación de Líquidos Gradual: Las harinas integrales y las diferentes avenas pueden absorber líquidos de modo distinto. Añadí la leche gradualmente, mezclando bien después de cada adición. Esto te permite ajustar la humedad de la masa hasta lograr la consistencia justa: ni demasiado seca ni pegajosa.
Espesor Uniforme: Al estirar la masa, procurá que tenga un grosor parejo para que las galletas se cocinen de forma uniforme. Un grosor de 3−4 mm suele ser ideal.
Control del Horno: Cada horno es un mundo. Es importante conocer el tuyo para evitar que los alfajores se cocinen de más y queden secos. Buscá un dorado ligero en los bordes. Asimismo, la cocción no debe ser demasiado prolongada para que conserven esa característica ternura.
Enfriado Correcto: Dejá enfriar las tapitas completamente sobre una rejilla antes de rellenar. Esto evita que se rompan y ayuda a que el relleno se adhiera mejor.
Combinaciones de Harinas para Variar Texturas
La clave para obtener diferentes texturas en tus alfajores integrales no solo radica en la avena, sino también en cómo la combinás con otras harinas y féculas. Acá te damos algunos consejos para experimentar y lograr el resultado deseado:
Para una Textura Más Suave y Que Se Deshaga (Tipo Alfajor de Maicena):
Combinación con Féculas: Incorporar un porcentaje de fécula de maíz (maicena) o almidón de mandioca a la mezcla de harina integral y avena es ideal. Usá entre un 10% y un 20% del total de harinas. Por ejemplo, si usás 200 g de harina integral, podés añadir 20 g a 40 g de maicena. Esto reduce la cantidad de gluten y logra esa característica textura que se disuelve en la boca.
Avena Fina o Instantánea: Si tu receta pide avena arrollada tradicional, probá reemplazarla por avena fina o instantánea. Al ser más procesadas, se integran mejor en la masa y contribuyen a un resultado más delicado y menos rústico.
Para una Textura Más Firme y Rústica:
Avena Arrollada Tradicional: Si buscás un alfajor con más «cuerpo» y una mordida más marcada, la avena arrollada tradicional es tu aliada. Sus copos más grandes aportan una textura rústica y un sabor a avena más pronunciado.
Menos Féculas: Evitá o reducile al mínimo el uso de féculas si preferís una galleta más compacta y que no se deshaga tan fácilmente.
Para Opciones Sin TACC o Texturas Específicas:
Harinas de Arroz Integral, Sarraceno, Sorgo o Mijo: Para una versión sin TACC (siempre y cuando uses avena certificada sin gluten), podés reemplazar parte de la harina integral por harina de arroz integral, harina de sarraceno, harina de sorgo o harina de mijo. Estas harinas no solo aportan sus propios matices de sabor, sino que también pueden influir en la textura final, dándoles un toque más quebradiza o una mayor densidad, según la elección.
Harina de Almendras o Coco: Añadir una pequeña cantidad de harina de almendras o harina de coco (aproximadamente un 5-10% del total de harinas) puede sumar humedad, un sabor exquisito y un mayor aporte de grasas saludables, alterando ligeramente la consistencia final para un resultado más denso y húmedo. Recordá que la harina de coco absorbe mucho líquido, así que ajustá la humedad de la masa si la usás.
Experimentar con estas combinaciones te permitirá personalizar la textura de tus alfajores integrales de avena, adaptándolos a tus preferencias o a las de quienes los van a disfrutar. ¡La clave está en probar y encontrar tu mezcla perfecta!
Variantes para Personalizar tus Alfajores
La belleza de la cocina casera reside en la posibilidad de adaptar las recetas a tus gustos y necesidades. Aquí te dejamos algunas ideas para variar tus alfajores integrales de avena:
Opciones de Rellenos Saludables:
Dulce de Leche sin Azúcar: Sigue siendo un clásico imbatible. Optá por versiones sin azúcar añadido o caseras con endulzantes naturales.
Mermeladas Caseras o Reducidas en Azúcar: Elegí mermeladas de frutas de estación o preparalas en casa con menos azúcar o endulzantes. Las de frutos rojos, durazno o damasco combinan genial.
Cremas de Frutos Secos Naturales: La crema de cacahuete (maní) o almendras sin azúcares ni aceites añadidos es una opción nutritiva y muy sabrosa.
Ganache de Chocolate Amargo: Derretí chocolate con alto porcentaje de cacao (más del 70%) con un poco de leche vegetal o crema de coco para un relleno intenso y antioxidante.
Crema de Dátiles: Procesá dátiles hidratados con un poco de agua hasta obtener una pasta dulce y natural. Ideal para un dulzor concentrado y fibra.
Alternativas para el Líquido de la Masa:
Si tu receta original lleva leche o líquidos lácteos, podés reemplazarla fácilmente por bebidas vegetales (almendra, soja, coco, avena) o jugo de frutas naturales (naranja, limón) para un toque diferente de sabor y aroma. La proporción suele ser 1:1.
Cómo Reducir o Reemplazar el Azúcar:
Endulzantes Naturales no Calóricos: Podés usar stevia, eritritol o xilitol en polvo o líquido. La proporción de uso varía según la marca, pero generalmente se usa una cantidad menor que la del azúcar común. Consultá las indicaciones del fabricante para una equivalencia precisa.
Endulzantes Naturales Calóricos (con moderación): Si preferís un sabor más complejo, podés usar azúcar mascabo, panela, miel o sirope de agave. Tené en cuenta que estos aportan calorías, pero suelen tener más nutrientes y un índice glucémico ligeramente menor que el azúcar blanco. Si usás miel o jarabes, es posible que necesites reducir un poco el líquido de la receta.
Tabla de Equivalencias de Endulzantes y Opciones con Frutas (aproximadas para 100 g de azúcar):
Importante: Estas son equivalencias aproximadas y pueden variar según la marca del endulzante y la percepción de dulzor personal. Siempre es recomendable probar y ajustar al gusto.
Tipo de Endulzante / Opción
Equivalencia a 100 g de Azúcar (en gramos o unidades)
Notas de uso y ajuste en la receta
Azúcar Mascabo / Panela
100 g (misma proporción)
Aportan un sabor acaramelado y más humedad a la masa.
Miel / Sirope de Agave
70 g a 80 g
Son más dulces que el azúcar y líquidos. Reducir ligeramente otros líquidos de la receta para compensar la humedad.
Eritritol
130 g a 150 g
Es menos dulce que el azúcar, por lo que se usa un poco más. No aporta calorías y mantiene la textura.
Xilitol
100 g (misma proporción)
Dulzor similar al azúcar. Consumir con moderación, ya que un consumo excesivo puede tener un efecto laxante.
Stevia en Polvo (Pura)
1 g a 2 g (o según envase)
Extremadamente dulce; usar cantidades muy pequeñas y con precisión (cucharitas medidoras). No aporta volumen a la masa.
Stevia Líquida
Pocas gotas (según marca)
Consultar las indicaciones del envase. No altera el volumen ni la textura de la masa.
Puré de Banana Madura
100 g a 150 g (aproximadamente 1 banana grande)
Aporta dulzor, humedad y cuerpo. Si lo usas, reducile el líquido de la receta (leche, jugo) y posiblemente un poco la grasa. Ideal para texturas más suaves y húmedas.
Puré de Manzana sin Azúcar
100 g a 120 g
Similar al puré de banana, suma humedad y dulzor. Ajustar líquidos y grasa. Funciona muy bien en combinación con otros endulzantes para reducir el total de azúcar.
Dátiles Procesados (Pasta de Dátil)
80 g a 100 g (dátiles deshuesados y procesados)
Aportan un dulzor concentrado, fibra y humedad. Procesalos con un poco de agua hasta obtener una pasta. Pueden hacer la masa más densa; ajustar líquidos si es necesario.
Almacenamiento y Duración
Para mantener tus alfajores integrales de avena caseros frescos y deliciosos, considerá estas recomendaciones:
Temperatura Ambiente: Una vez fríos y rellenos, almacénalos en un recipiente hermético a temperatura ambiente por hasta 3−4 dıˊas. Esto ayuda a que las tapas se humedezcan ligeramente con el relleno, mejorando la textura.
Refrigeración: Si utilizás rellenos que requieren frío (como algunos tipos de mermeladas caseras o cremas que no contengan lácteos), o si vivís en un clima muy cálido, es mejor conservarlos en la heladera. Pueden durar hasta una semana. Sacalos unos minutos antes de consumir para que recuperen su mejor textura.
Congelación: Las tapitas sin rellenar se pueden congelar por hasta 1−2 meses en un recipiente hermético o bolsa para freezer. Una vez que quieras usarlas, descongelá a temperatura ambiente y rellená como de costumbre.
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En un bol grande, combiná la harina integral, la harina de avena, la avena en hojuelas, el polvo de hornear, el bicarbonato de sodio y la sal marina.
Mezclá bien con un batidor de mano para asegurarte de que todos los ingredientes secos estén integrados de forma homogénea.
Integrando los húmedos:
En otro recipiente, batí el azúcar integral con el aceite de coco (aseguráte de que esté líquido pero no caliente) hasta que se combinen.
Añadí la esencia de vainilla y la leche, y mezclá hasta obtener una preparación uniforme.
Uniendo las mezclas:
Vertí gradualmente la mezcla de líquidos sobre los ingredientes secos en el bol grande.
Con una cuchara de madera o las manos, mezclá suavemente hasta que se forme una masa homogénea. Evitá amasar en exceso para que los alfajores no queden duros. Solo integrá hasta que no haya restos de harina.
Reposo de la masa (¡clave!):
Formá un bollo con la masa, cubrilo con papel film y llevalo a la heladera por al menos 30 minutos. Este paso ayuda a que la masa se hidrate, la avena absorba y sea más fácil de estirar sin que se quiebre.
Estirar y cortar:
Sobre una superficie ligeramente enharinada (podés usar harina integral), estirá la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente 3 a 4 mm. No la estires demasiado fina para que las tapitas queden tiernas.
Usá un cortante redondo para formar las tapitas. Si no tenés, podés usar el borde de un vaso.
Con cuidado, transferí las tapitas a las bandejas preparadas, dejando un pequeño espacio entre cada una. Juntá los recortes de masa, amasá suavemente de nuevo y repetí el proceso hasta usar toda la masa.
Horneado:
Llevá las bandejas al horno precalentado y horneá por 10 a 15 minutos. El tiempo puede variar según tu horno.
Estarán listos cuando los bordes estén ligeramente dorados y las tapitas se sientan firmes al tacto, pero aún tiernas en el centro.
Enfriado:
Una vez cocidas, retirales del horno y dejá que se enfríen completamente sobre una rejilla antes de manipularlas y rellenarlas. ¡Esto es importante para que no se rompan!
Relleno y armado:
Cuando las tapitas estén totalmente frías, untá generosamente una mitad con tu relleno preferido (dulce de leche sin azúcar, mermelada casera, crema de frutos secos) y cubrí con otra tapita.
Podés espolvorear los bordes con un poco de coco rallado si te gusta.
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NOTAS
Relleno: Si vas a usar dulce de leche o mermelada, aseguráte de que no estén muy fríos para que sean más fáciles de untar.
Enfriado de Tapas Crudas: Si tenés espacio, te recomiendo llevar las bandejas con las tapitas ya cortadas al freezer por unos 10−15 minutos antes de hornear. Esto ayuda a que mantengan mejor su forma y no se expandan demasiado durante la cocción.
Incorporación Gradual de Líquidos: Al unir los ingredientes húmedos con los secos, agregá la leche de a poco. La capacidad de absorción de las harinas integrales y la avena puede variar, y es posible que necesites un poco más o un poco menos de líquido para lograr la consistencia de masa deseada. Siempre es mejor ir de a poco para no pasarse.
Conservación: Guardalos en un recipiente hermético a temperatura ambiente por 3−4 dıˊas, o en la heladera si el relleno lo requiere, donde durarán hasta una semana.
